Primero estamos atentos a la respiración, luego estamos atentos a la mente.
La característica principal de la mente es conocer, cuando estas respirando la mente es consciente de ello y sabe las sensaciones que ocurren mientras respiras, los sentimientos… con la práctica cada vez lo notas más. Todo esto es para conocer la naturaleza de la mente. Tenemos que saber esto para controlar la mente.
Si no conoces la mente no hay forma de controlar los pensamientos. Por eso hay que empezar conociendo la mente. No hay que intervenir, ni corregir, solo saber, conocerla. Cuando la conoces sabes lo que interpreta y en ese instante deja de pensar.
Poco a poco desarrollamos lo habilidad y en cada proceso notamos lo que ocurre de forma instantánea. Esto resulta muy poderoso para controlar y pacificar nuestra mente cuando ocurre algo. Por eso es tan importante la respiración.
La mente siempre esta interpretando algo, un sentimiento, una sensación… la mente siempre sabe lo que ocurre, también sabe cuándo está imaginando. Cuando respiras también imaginas y tienes que saber que estas imaginando. Hay que conocerlo, y poco a poco conoces todas las sensaciones, interpretaciones, imaginaciones… conoces su funcionamiento y la controlas.
No hay que buscar nada. Cuando surge la duda, entonces la mente sabe que está dudando, que hay confusión. Todo es un proceso mental, experiencia mental. Todo esto está expresado en los sutras. Si la mente está distraida, el practicante meditador sabe que está distraida. Si está feliz, el meditador sabe que la mente está feliz. Incluso los monjes pequeñitos lo saben. Esto nos hace controlar la mente y pacificar y transformarla. Es una sabiduría, asi conocemos nuestra propia esencia. Si no conoces la mente, no conoces lo que ocurre de forma esencial.
Geshe Thubten Chöden
Meditación en Lam Rim