Hemos meditado en valores del renacimiento humano y luego en el envejecimiento y la muerte para que ahora en el momento presente, practiquemos el Dharma y extraigamos la esencia de la vida, valoremos la oportunidad de lo que tenemos ahora y no podemos posponer.
El primer nivel es tomar refugio en las Tres Joyas y practicar. Nuestra práctica es abandonar las acciones no meritorias y practicar y realizar las acciones meritorias del cuerpo habla y mente. Estas son las prácticas principales para la felicidad en esta vida, incluso en el samsara. Confianza, toma de refugio en el Buda, su camino, su sabiduría, las enseñanzas, todas las prácticas. Tomar refugio en el Dharma quiere decir tomar refugio en el Nirvana, en la iluminación, en el amor y compasión, en la paciencia, la meditación y todos los seis paramitas. Eso es Dharma, el camino del Dharma.
Si insistimos y nos esforzamos en el camino del Dharma cada vez más nos vamos a liberar. Nunca es en vano nuestro esfuerzo y lo que nos dedicamos para el Dharma. Si insistimos cada vez aprendemos más y nos despierta, nos libera de las confusiones de las ataduras de los engaños. Los sufrimientos existen mientras está oscurecida nuestra mente, influenciada con las acciones y emociones negativas. Aqui, deshacer y salir, transformar, tenemos que independizar nuestra mente de las ataduras de los engaños y emociones aflictivas.
Esforzarnos empieza con la confianza. Confianza viene cuando estamos meditando bien y reflexionando bien. Qué es el Dharma, qué es el Samsara. Si no practicamos Dharma, ¿qué resulta de las acciones de nuestro ego? rechazo, enfado e ira. ¿Cuál es el resultado si prácticas el Dharma? Acciones meritorias, lo que necesitamos todos los seres.
Asi empieza este camino, así confianza surge, dharma y adharma, es obvia la diferencia entre ambas cosas. Independientemente de la dificultad de lo que cueste. Todo depende de nuestra mente, nuestro coraje, nuestra convicción, nuestra valentía.
Una mente dhármica, con sabiduría, confía en las acciones meritorias, las ideas de amor y compasión, cree en más armonía y paz en vez de luchar en contra del otro. Esto sería nuestro punto principal que tenemos que recordar y darnos cuenta. Poco a poco se mejora nuestro corazón se convence cada vez más en la dirección positiva y virtuosa.
Creemos poco en la felicidad, en la armonía y la paz, mas bien estamos persiguiendo satisfacer nuestro ego, ese es nuestro principal punto de equivocación. Ningun ser nace malo, todo es relativo, no hay nada bueno ni malo
Geshe Thubten Chöden
Meditación en Lam Rim